Polémica Francisco Espinosa-Luciano Fernández. Más sobre Cercas. Por Alberto Moreiras.

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http://www.eldiario.es/tribunaabierta/Javier-Cercas-mundo-egoficcion_6_622647752.html

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Creo que están claras las cosas entre Espinosa y Fernández y no es necesario glosarlas.   Justo encima de estas líneas están los enlaces a sus respectivos artículos.  Pero yo comparto la pregunta perpleja de Fernández:  ¿por qué?  Y arriesgo una hipótesis: porque lo de la hegemonía ha lavado de tal insólita manera el cerebro del personal, que hay que animarse a tomar posturas contrahegemónicas o sí o sí, y al carajo con las formas.  Una vez identificado Cercas como un intelectual hegemónico ya es diana de feria.  El juego es ponerse en contra.  Pero esto es muy poco serio, y políticamente un grave error.  Que el conflicto sea irreducible en la política no quiere decir que el conflicto (de interpretaciones) y su radicalización en ataques personales pueda confundirse con lo que conviene hacer políticamente.   Por ahí no vamos a ningún lado.  El otro día colgaba un amigo una vieja cita de Gilles Deleuze que podemos adaptar mutatis mutandis.  Yo creo que no hay que pasarse necesariamente al extremo recomendado por Deleuze, se puede criticar cuando es justo hacerlo, cuando hacerlo ayuda a entender mejor.  Pero no para desentender mejor.

“Encuentren lo que les gusta, no pasen jamás un segundo criticando algo o a alguien. Nunca, nunca, nunca critiquen. Y si los critican a ustedes digan: “de acuerdo” y sigan, no hay nada que hacer. Encuentren sus moléculas. Si no las encuentran, ni siquiera pueden leer. Leer es eso, es encontrar vuestras propias moléculas. Están en los libros. Vuestras moléculas cerebrales están en los libros. Yo creo que nada es más triste en los jóvenes en principio dotados que envejecer sin haber encontrado los libros que verdaderamente hubieran amado. Y generalmente no encontrar los libros que uno ama, o no amar finalmente ninguno, da un temperamento… y de golpe uno se hace el sabio sobre todos los libros. Es una cosa rara. Nos volvemos amargos. Ustedes conocen la especie de amargura de ese intelectual que se venga contra los autores por no haber sabido encontrar a aquellos que amaba…”  (Deleuze, “En medio de Spinoza”).

Si no te gusta el estilo de Cercas, encuéntrate a otro que te guste.  Pero radiar contra Cercas, o contra cualquier otro, por estas razones, me parece una forma un tanto caprichosa de perder el tiempo envenenando el cotarro.   Como decía Spinoza, ‘caute.’

 

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